Dos Ordenanzas de los Bautistas: El Bautismo y la Cena del Señor

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo.”

Mateo 28:19

“Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.”

1 Corintios 11:23-25

Los cristianos de varias denominaciones estiman su forma de practicar el bautismo y la Cena del Señor. Las creencias Bautistas sobre el bautismo y la Cena del Señor son distintas de las de muchas otras denominaciones.

Tales diferencias son algunos de los ingredientes distintivos de las creencias y prácticas Bautistas.

El Bautismo y la Cena del Señor son Símbolos

Los Bautistas comúnmente usan el termino “ordenanzas” en vez de “sacramentos” al referirse al bautismo y la Cena del Señor. Aunque se use la palabra “sacramentos”, eso nunca implica que cualquiera de estas dos ordenanzas sea necesaria para que una persona sea salva.

Los Bautistas fielmente declaran que el bautismo y la Cena del Señor son símbolos y no son necesarios para la salvación. Sin embargo sí son una parte significativa de la práctica y la adoración Bautista.

Ya que el bautismo y la Cena del Señor son simbólicos, es importante el uso de los símbolos apropiados. El bautismo simboliza la muerte, sepultura y resurrección de Jesús que han hecho posible nuestra salvación. El bautismo también simboliza que por medio de fe en Cristo el creyente ha pasado de muerte a vida y que se ha identificado con la muerte y resurrección de Cristo (Romanos 6:3-5; Colosenses 2:12).

Solamente la inmersión completa del creyente en agua simboliza adecuadamente dicha muerte, sepultura y resurrección.

De igual forma, es importante usar los elementos correctos en la Cena del Señor con entendimiento bíblico. Jesús instituyó la Cena del Señor en su última cena con sus discípulos como parte de la Pascua Judía (Mateo 26:26-30; Marcos 14:22-26; Lucas 22:14-20). El pan sin levadura y el fruto de la vid formaban parte de esta cena. Jesús indicó que el pan era simbólico de su cuerpo y el fruto de la vid era simbólico de su sangre. El pan sin levadura simboliza la pureza de Cristo porque él no tenía pecado (Hebreos 4:15) y así su cuerpo fue un sacrificio inmaculado por nuestros pecados. El jugo de las uvas exprimidas simboliza la sangre que Cristo derramó por nosotros.

Al participar del pan y de la copa, los discípulos de Cristo han de recordar su sacrificio en la cruz del Calvario cuando entregó su cuerpo y derramó su sangre por nuestros pecados. Los Bautistas creen que la Biblia enseña que los elementos usados en la Cena no son literalmente el cuerpo y la sangre de Cristo.

Son símbolos de su cuerpo y sangre. Al comer el pan y beber de la copa, una persona no participa literalmente de la carne y la sangre de Cristo. Más bien es una oportunidad para obedecer el mandato de Cristo y recordar su sacrificio por nosotros, su presencia con nosotros y su venida segura (1 Corintios 11:24-28).

El Bautismo y la Cena del Señor No son Simplemente Simbólicos

El creer que la Cena del Señor y el bautismo son simbólicos no significa que los Bautistas creen que no tengan importancia. Los Bautistas creen que ambos tienen gran significado.

Son importantes por su origen divino. No son creaciones humanas sino son ordenanzas dadas por Dios para ayudarnos a declarar y compartir el evangelio (1 Corintios 11:26) y nos motivan a vivir la vida cristiana (1 Corintios 10:16-33; 11:29).

El acto del bautismo ofrece una oportunidad para que testifique públicamente la persona quien se está bautizando que él o ella ha puesto su fe en Jesús como Señor y Salvador y ha experimentado el perdón de pecado. El que hace el bautismo puede aprovechar el momento para explicar la naturaleza de la salvación y el significado del bautismo.

La Cena del Señor brinda una oportunidad tanto para el evangelismo como para el crecimiento cristiano. La Cena enfatiza de manera conmovedora el amor de Dios que llevó a Jesús a entregarse a sí mismo como sacrificio por el pecado. Para los creyentes, la Cena ofrece un tiempo de comunión especial con el Señor, en que se expresa gratitud por su sacrificio que hace posible que seamos perdonados por nuestros pecados. Por eso también se refiere a la Cena del Señor como la Comunión.

El Bautismo y la Cena del Señor se Relacionan a Otras Creencias Bautistas

Las creencias Bautistas acerca del bautismo y de la Cena del Señor no son independientes la una de la otra. Están estrechamente relacionadas la una con la otra así como a otras doctrinas Bautistas atesoradas.

El bautismo y la Cena del Señor están interrelacionados. Los Bautistas creen que solamente los que han nacido de nuevo y han sido bautizados pueden participar de la Cena del Señor.

Los Bautistas basan sus creencias en la Biblia, incluyendo las creencias sobre el bautismo y la Cena del Señor. La Biblia documenta que las iglesias del Nuevo Testamento practicaban el bautismo y la Cena del Señor, en esa orden y de manera simbólica. Estas iglesias estaban integradas de personas salvas y bautizadas. Los Bautistas creen que se debe seguir el mismo patrón hoy día.

Al creer en el señorío de Cristo, los Bautistas fundamentan sus creencias acerca del bautismo y la Cena del Señor sobre las enseñanzas de Jesús. A menudo usan la palabra “ordenanzas” al referirse a los dos porque fueron ordenados o mandados por Jesús mismo (Mateo 28:19; Lucas 22:19; 1 Corintios 11:24-25).

Los Bautistas insisten que la salvación es por la gracia de Dios por medio de fe en Cristo solo, no por obras ni ritos (Efesios 2:8-9). Por lo tanto, los Bautistas sostienen que el bautismo y la Cena del Señor, aunque son muy significantes, no son necesarios para la salvación.

Ya que la Biblia indica que todo creyente en Cristo es sacerdote (1 Pedro 2:5; Apocalipsis 5:10), no hay ninguna necesidad de un cuerpo sacerdotal para administrar el bautismo ni la Cena del Señor. Aunque generalmente el pastor de una iglesia bautiza y preside la Cena del Señor, cualquier miembro designado por la iglesia podría hacerlo. En la Cena del Señor cada creyente sacerdote, y no solo el que preside, ha de participar del pan y la copa.

La libertad del alma se relaciona con el bautismo y la Cena del Señor en que la participación de cualquier persona debe ser voluntaria, nunca forzada. Los Bautistas han defendido fielmente la libertad religiosa, insistiendo que nadie debe ser coaccionada a participar en ningún acto religioso, como el bautismo y la Cena del Señor.

El gobierno congregacional y la autonomía bajo el señorío de Cristo guardan relación con las dos ordenanzas. En cuanto al bautismo, cada iglesia Bautista tiene el derecho de determinar asuntos tales como cuándo y dónde se realizarán los bautismos. En cuanto a la Cena del Señor, cada congregación decide quién presidirá, con qué frecuencia se ofrecerá, y a quién se le invitará a participar. En cuanto a lo último, algunas iglesias limitan la Cena a los miembros de la iglesia, muchas otras invitan la participación de miembros de iglesias de “fe y orden igual”, algunas incluyen a todo creyente bautizado, y unas pocas abren la Cena a todos los que profesen fe en Cristo como Señor y Salvador.

Conclusión

Los Bautistas creen que Jesús dio dos ordenanzas para que se llevasen a cabo por la iglesia: el bautismo y la Cena del Señor.

Cada uno de estos es simbólico y altamente significante porque simboliza el mensaje cristiano de gracia y salvación y se relaciona a otras doctrinas Bautistas importantes.

“Creemos que Cristo dejó dos ordenanzas que guardase su Iglesia, el bautismo y la Cena del Señor, y que las calificaciones bíblicas para el bautismo son el arrepentimiento y la fe, y que este se administra correctamente solo por la inmersión, y que el bautismo es un requisito para la Cena del Señor.”
Artículo 8 de los Artículos de Fe
De la Asociación Unión Bautista, 1840